Una marca es como un pastel, el logotipo es la fresa que lo decora y que está por encima de una gran cantidad de ingredientes que dan sentido y sustentan todo lo que vemos. Estos ingredientes van desde el naming hasta las formas, los colores y por supuesto la tipografía.
Para muchos, la tipografía es una decisión que no necesita ser pensada demasiado, pero en realidad es gracias a ella que logramos expresar la personalidad de una marca. Es en las formas de las letras que van implícitos muchos de los signos que deseamos comunicar y por lo tanto, elegirla es crucial para darle el sentido que necesitamos y evitar provocar contradicciones en el diseño o comunicar algo que no queremos.
Inconscientemente, todos nos fijamos mucho en la tipografía pues es el vehículo que nos permite leer y entender el mensaje; nos invita a indagar sobre la marca y su significado.
El uso de la tipografía debe ser consistente, es decir, se debe utilizar en todas la comunicación tanto flyers, carteles, papelería e impresos, así como cualquier otra aplicación gráfica/digital, incluyendo las publicaciones en redes sociales. De esta manera, combinando los mensajes, las imágenes y la tipografía, la comunicación de la marca logrará tener el impacto y estará siempre alineado a una personalidad única de cada marca.
Existe un abanico enorme de tipografías que se pueden elegir, cada uno con características específicas y distintas.
Las tipografías con remates o patines llamadas Serif se relacionan más con un estilo clásico, formal y elegante. Proporcionan la idea de seriedad y autoridad, además de conocimiento y firmeza. Son muy legibles ya que el ojo se acomoda a sus terminaciones lineales.
Las tipografías sin remates o Sans Serif transmiten modernidad, dinamismo, actualidad, limpieza y minimalismo. Sus vértices son rectos y sus trazos son uniformes. Se usan sobre todo para titulares o masas de texto breves, ya que su poder principal es el impacto y la legibilidad.
Por último las tipografías caligráficas tienen un estilo único, haciendo referencia a las tipografías trazadas a mano. Comunican delicadeza, personalidad, espontaneidad y originalidad. Se conoce como manuscrita ya que se asemejan a textos caligráficos o escritos a mano que sugieren firmas. Aportan un carácter personal y se destinan a textos cortos o detalles breves para evitar la poca legibilidad que pueden provocar.
Pueden elegirse una o varias tipografías de apoyo o tipografías secundarias, siempre y cuando cada una cumpla con el sentido que se desea comunicar y que tenga una función específica dentro del diseño.
Equipo kanji