Al hablar de Inteligencia Artificial (IA) posiblemente sus aplicaciones más inmediatas – dentro del imaginario colectivo- podían verse en empresas de servicios, comunicaciones e ingeniería. Su alcance se sentía lejano, como un futuro utópico de una serie de ciencia ficción. Nada más alejado de la realidad. Y es que durante la pandemia del Covid-19, la Inteligencia Artificial ha logrado plantar su alcance y su importancia durante la crisis y en el mundo que se avecina post-cuarentena.
El primer registro del alcance de la IA durante esta pandemia vino de la mano de la empresa canadiense Bluedot, la cual alertó sobre el posible brote de un nuevo virus en Wuhan unos pocos días antes de la declaración oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¿Cómo lo logró? A través de un algoritmo que analiza noticias y datos sobre casos de gripe, nuevas enfermedades con síntomas que no se pueden asociar a ninguna afección conocida o alertas sanitarias en más de 60 idiomas.
Ya en el 2015 el algoritmo de Bluedot logró anticipar la dispersión del virus ZiKa desde Brasil. “Hemos combinado nuestra experiencia médica y de salud pública con análisis de datos avanzados para crear soluciones que rastrean, contextualizan y anticipan los riesgos de enfermedades infecciosas.”, explica la empresa en su web.
El trabajo de este algoritmo va acompañado de la intervención de más 40 trabajadores de la salud y programadores, quienes ayudan a la programación del sistema de vigilancia, además de examinar toda la información recopilada. Es un trabajo en conjunto: Inteligencia Artifical + humano.
El Big Data: acompañante ideal
En el caso de países asiáticos como Japón, China y Corea; el extenso y minucioso manejo de datos móviles que poseen los gobiernos sobre los ciudadanos ha beneficiado al control del contagio del virus, además de una buena ejecución de la cuarentena. Y es que en estos países no existe el término “privacidad social” o “protección de datos”. Las autoridades tienen acceso a toda la información de las compañías de servicios de internet y telefonía celular.
Es así como, por ejemplo, en Corea del Sur, las personas pueden bajar un App que les ayuda a determinar su riesgo de infección a partir de sus hábitos y contactos sociales. Los alcances de esta aplicación son complementados con el trabajo de los llamados “tracker”, personas que tienen la responsabilidad de evaluar todo el material grabado por las cámaras de seguridad para identificar y ubicar a personas infectadas, además de las personas con las que hayan tenido contacto.
En el caso de China, las más de 200 millones de cámaras de vigilancia pueden observar y evaluar el desenvolvimiento de los ciudadanos en espacios públicos como tiendas, aeropuertos y estaciones de trenes. Incluso, al llegar de un viaje, una cámara instalada en la estación de Pekín determina la temperatura corporal de los viajeros, si alguno arroja una temperatura alta, sus compañeros de viaje son notificados a través de un mensaje en su celular.
Y en el caso del cumplimiento de la cuarentena, las redes sociales ayudan a monitorear el día a día de sus usuarios, si por casualidad alguien logra salir clandestinamente del confinamiento, un dron es el encargado de indicarle a la persona que regrese a su casa.
Para Occidente estas técnicas podrían resultar invasivas, pero definitivamente han ayudado a frenar significativamente las consecuencias del virus en Oriente, aunque se pone sobre la mesa el tema de la salud frente a la privacidad, e incluso el control social.
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¿Y en el día a día?
La Inteligencia Artificial también ha sido aplicada en situaciones más cotidianas, no menos importantes, durante esta pandemia. Por ejemplo Google trabaja 24 horas al día para diseñar algoritmos que protejan a los usuarios de fake news, teorías de conspiración y desinformación.
Robots diseñados por la compañía ANA Group, han permitido que estudiantes de la Universidad Business Breakthrough de Tokio reciban sus diplomas de graduación sin estar presentes en la ceremonia. El Robot móvil se llama Newme y funciona como un avatar para personas que no pueden desplazarse o no pueden estar presentes físicamente en un lugar. Se conecta a través de Zoom y permite que personas estén presentes vía remota en lugares específicos.
La Inteligencia Artificial llegó para quedarse, este tipo de tecnología nos pone al alcance soluciones que hace 10 años eran inimaginables, nos permite anticipar problemas y diseñar soluciones. Es importante asumirla e integrarla a los diferentes mercados de manera correcta y eficaz. Y lo más importante, debe tener un acompañamiento humano para lograr buenos resultados.
¡Nos vemos en la red!
