Imagina que un día llegas a tu casa, la miras, observas los detalles, los muros, los muebles, y entonces decides redecorar. Podrías pintar los muros de otro color, quizás por alguno que viste en un catálogo, cambiar algunos muebles por unos nuevos que encontraste en Internet, colgar nuevos cuadros, cambiar el tipo de iluminación, colgar unas lámparas que tú mismo puedes hacer y que viste en Pinterest, todo para sentir que vives en un espacio más “moderno”.
Sucede igual en el rebranding, cuando una marca o empresa buscan relanzamiento que muchas veces implica cambios notables en su identidad. Puede ser desde un ajuste a la paleta de color, un cambio de nombre o incluso de logotipo. El rebranding responde a la necesidad de tener una comunicación vigente dentro de las tendencias de diseño. El proceso de rediseño puede ser de dos tipos:
1) Un cambio de imagen que se anuncia como tal
2) Una estrategia de marketing que va detrás de un replanteamiento de imagen.
Recientemente vimos tres rediseños de logotipo de tres marcas importantes, todas ellas acompañadas de cambios sustanciales en su comunicación. En los tres casos optaron por un replanteamiento de logotipo y un cambio en la tipografía que hay usan dentro de su comunicación. Los tres logotipos que fueron actualizados lo hicieron a través de ciertas adecuaciones sin tanto detalle. En general, consisten en simplificaciones, presentan logotipos más planos pero modernos, sencillo y elegantes que, acompañado de videos, colores, y materiales de comunicación, dan sentido a los nuevos signos presentes.
BBVA
A simple vista este logotipo no sufrió grandes cambios, conservó las 4 letras, el color azul y su carácter tipográfico. Lo que hay detrás del rediseño es una innovación en su comunicación, se simplificó el logotipo y se volvió más geométrico. Podemos ver cómo la A del logotipo ahora funciona como isotipo de la marca –el signo gráfico que sirve como identificador de la marca y puede usarse de manera autónoma. Con esta A crearon una especie de flecha ascendente, que refiere a su constante crecimiento y avance en sus servicios y tecnología en diversas plataformas. Funciona además para ser usada e intervenida con diferentes motivos, pero que al verla refiere siempre a BBVA.
ANDROID
En el caso de Android, se prescindió del cuerpo del marcianito-robot, conservando solo la cabeza, además de usar una nueva tipografía y el cambio en el tono de verde. Si bien, sigue respetando casi en su totalidad la esencia de la marca sin llegar a ser tan atrevidos, lo que marca diferencia es sobre todo el uso del color. Ahora podemos ver una paleta de color más fresca e innovadora, dejando atrás los tonos de verdes que no eran tan brillantes.
CINÉPOLIS
Es el caso más atrevido, no anunció el cambio de logo, no generó una gran campaña de marketing, fue soltando su nueva comunicación poco a poco, y aunque a muchos no les puede parecer un gran acierto por el hecho de haber dejado fuera el tema “cinta de película”, acierta en el hecho de que pudo prescindir de muchos elementos que contenía el logo anterior. La comunicación ahora es más fresca, incluyeron colores en las diferentes plataformas, en la app para Smartphone se puede ver la C sobre un fondo azul y un efecto metálico; si bien puede usarse como isotipo, generalmente Cinépolis recurre al uso de su logotipo completo en la mayoría de su materiales.
El rebranding se debe pensar, estudiar y analizar todo en un conjunto, sumando los cambios que se quieren aplicar, no solo en logotipos, también en la manera de cómo se ven sus espacios físicos –en el caso de las empresas–, en sus colores, en sus apps y en sus plataformas de comunicación. Rebranding es actualizarse o morir en el intento.
¡Nos vemos en la red!
