La idea de explorar y conquistar el espacio seguramente existe desde que el mundo es mundo. Un registro contemporáneo sería la película de ciencia ficción “Le Voyage dans la lune” (1902) del mago y director francés Georges Méliès, basada en las obras de Julio Verne “De la Terre à la Lune Trajet direct en 97 heures ” (1865) y “The First Men in the Moon” (1901) de H. G. Wells. La idea se materializó por primera vez con la llegada del Apollo 11 a la Luna, y a pesar que ya se han cumplido 47 años desde el último viaje al único satélite natural de la Tierra, la carrera por conquistar el espacio está más vigente que nunca.
“Es un pequeño paso para el hombre, una salto gigante para la humanidad”
– Neil Amstrong.
La última misión tripulada exitosa a la Luna se realizó en diciembre de 1972, a pesar de los grandes avances tecnológicos de los últimos años la humanidad tiene casi 50 años sin viajar a la Luna (o en su defecto, a algunos de los planetas que nos rodean). La razón: la gran inversión que implica realizar un viaje de esta magnitud.
Apollo 17 astronuat Jack Schmitt standing on surface of moon while holding rake full of rock samples, w. Rover in distance (Photo by Time Life Pictures/NASA/The LIFE Picture Collection/Getty Images)
En un contexto muy diferente, hoy la carrera al espacio es protagonizada por iniciativas públicas (gobiernos) y privadas. El principal objetivo de la mayoría es el desarrollo de bases permanentes, incluso colonias de hombres y mujeres que desarrollen actividades científicas, explotación de recursos locales en la Luna; además de establecer una estación intermedia para la exploración de otros mundos: Marte es el primer objetivo.
Estados Unidos tiene la delantera representando la iniciativa pública, la NASA tiene algunos años desarrollando un nuevo proyecto el cual busca llevar a la primera mujer a la Luna. Fue bautizado con el nombre de Artemisa (hermana gemela de Apolo en la mitología griega) y contempla tres misiones:
- Artemisa 1: un viaje sin tripulación agendado para el próximo año
- Artemisa 2: viaje tripulado propuesto para el 2022
- Artemisa 3: misión con aterrizaje en la Luna, planificada para el 2024
Jim Bridenstine, actual gerente de la NASA, comentó en una entrevista a The New York Times que “el regreso a la Luna ayudará a volver a posicionar a Estados Unidos como referente espacial”, estima que toda la misión costará unos 20.000 millones de dólares. La agencia asegura que la misión de viajar a la Luna será “para quedarse”, haciendo alusión a la construcción de una estación que se mantenga en órbita en el cuerpo celeste, la cual será utilizada como soporte para el viaje posterior a Marte en el año 2033.
¿Y los otros competidores?
China es, sin lugar a dudas, el principal rival de EEUU en esta carrera. Durante los últimos años ha enviado cinco misiones distintas hacia la Luna. La primera, enviada el 24 de octubre de 2007, obtuvo los datos necesarios para crear el mapa 3D más preciso y con mayor resolución de la superficie del satélite, las próximas misiones podrían intentar volver a la Tierra transportando muestras de suelo lunar. Space Foundation calcula que los chinos dedican unos 7.600 millones de dólares al año a la exploración espacial, algo menos de la mitad de lo que invierte la NASA.
Europa no queda fuera de esta reñida carrera. “Una de mis ideas es ir a la Luna, a la cara oculta, y tener allí robots y humanos en una estación permanente, y no llevándose todo lo necesario desde aquí, sino utilizando material lunar, y construir allí, por ejemplo, un gran telescopio” estas son declaraciones del alemán Jan Woerner, nuevo director general de la Agencia Europea del Espacio (ESA)
A poca distancia se encuentran iniciativas privadas, encabezadas por grandes empresarios del mercado mundial. La primera empresa en la lista, que inclusive ya cotiza en la bolsa, sería Vigin Galactic; corporación que logró un acuerdo de 800 millones de dólares cuando su dueño, Richard Branson, fusionó la compañía con el ex ejecutivo de Facebook Chamath Palihapitiya.
Actualmente ofrecen vuelos a “los límites del espacio” con un precio de poco más de 200.000 dólares, y si se desea unas vacaciones en la Estación Espacial Internacional hay que invertir 9,5 millones de dólares.
El objetivo inmediato de la empresa es producir más naves espaciales y nodrizas para satisfacer la creciente demanda de viajes: Virgin Galactic asegura haber recibido prepedidos de unos 600 potenciales turistas del espacio, que entregaron un total de 80 millones de dólares de garantías. La empresa indica que ya existe una fila de 2500 personas para comprar su ticket.
Otro de los fuertes contendores es SpaceX, a cargo de Elon Musk cofundador de Tesla Motors y PayPal. El deseo de Musk por ir al espacio, específicamente a Marte, es de supervivencia. Para este físico sudafricano el futuro de la humanidad solo tiene dos posibilidades en el horizonte: soportar un proceso de extinción en el planeta Tierra, o convertirse en un especie interplanetaria. Para él, Marte representa el destino ideal porque es el único planeta del sistema solar que reúne las condiciones para la vida humana.
¿Cuál es el gran reto según su perspectiva? El costo: actualmente podría implicar alrededor de 10.000 millones de dólares llevar a una persona a Marte. Su meta es reducir esa cantidad a 200.000 dólares por persona en el futuro. Dentro de los planes inmediatos de SpaceX están realizar un viaje no tripulado a Marte en 2020, al que le seguiría uno al rededor de la Luna en 2023, el cual sería tripulado y llevaría hasta 100 pasajeros.
En función de sus planes, SpaceX ya presentó al público el cohete de pruebas con el que esperan llevar a personas al espacio: el Starship. De acuerdo con Musk, 2024 será el año en que se enviarán a los primeros humanos a la superficie del planeta rojo.
Muy de cerca les sigue Blue Origin, fundada por Jeff Bezos, CEO de Amazon. Para Bezos los viajes al espacio serán cruciales para resolver el problema más grande que enfrenta la Tierra: la energía. Como parte de sus planes para llevar a personas al espacio, Blue Origin presentó en Mayo al vehículo que utilizaran para aterrizar en la Luna: Blue Moon. Este transporte puede aterrizar y desplegar múltiples toneladas de carga útil.
Actualmente están trabajando en una variante mucho más grande del Blue Moon que permitirá llevar a los humanos a la Luna en 2024. De acuerdo con Bezos, su papel es el de ayudar a crear la infraestructura para el futuro y anticipó que “van a construir un camino al espacio”.
Fuera de la pista
Otras empresas han mostrado su interés en entrar a esta carrera, pero se han quedado fuera en el intento. Una de ellas fue la fundación llamada Mars One, la cual pretendía transmitir en formato televisivo la experiencia de la primera colonia marciana en formato de reality show.
Los planes iniciales de esta iniciativa de Bas Lansdorp, un emprendedor holandés, indicaban que en el 2023 se mandaría al primer ser humano a Marte para su colonización. A pesar de tratarse de una misión suicida, el proceso de selección recibió más de 200.000 solicitudes de todas partes del mundo, de las cuales solo un centenar fueron aprobadas.
Lamentablemente la fundación quebró, pero queda la idea sobre la mesa: ¿Se imaginan vivir minuto a minuto la colonización de Marte? Definitivamente sería un programa que, en mi caso, seguiría de cerca.
¿Quién logrará llegar primero? El tiempo lo dirá. Durante los últimos años todo indicaba que la NASA llegaría de la mano de las iniciativas privadas (firmaron acuerdos tanto con SpaceX como con Blue Origin). Sin embargo, la intención de Donald Trump de inyectar 1.600 millones de dólares a la agencia espacial para viajar al espacio, los deja fuera del juego.
Aunque sigue siendo algo incierto y muy costoso, la posibilidad de conquistar el espacio pareciera estar más cerca que nunca.
¡Nos vemos en la Luna, o quizás en Marte!
